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Quien a su tiempo descansa rinde el doble y no se cansa

¿Sales del trabajo a tiempo, no trabajas los fines de semana y no hablas del trabajo todo el rato? Entonces con esto no eres trabajólico.

¿Sales del trabajo a tiempo, no trabajas los fines de semana y no hablas del trabajo todo el rato? Si no tienes problemas con esto, lo más probable es que no eres trabajólico. Pero, si últimamente piensas cada vez más en el trabajo y no puedes apagar la laptop a tu hora, hay que prestarle atención. A continuación, encontrarás una lista de señales de adicción al trabajo para autoevaluación, lo que te permitirá poner los puntos sobre las íes.

¿Qué significa «ser trabajólico»?

El término trabajólico (workaholic) fue acuñado por el psicólogo Wayne Edward Oates en 1971. Con esta palabra se refería a la persona con “una ansia indomable de trabajar”.

La adicción al trabajo es una de las formas de huir
de la realidad, cuando este grado de concentración en el trabajo no está causada por una necesidad económica.

Juegos ajenos

Señales de adicción al trabajo:

  • Un adicto al trabajo no sabe desconectarse y relajarse de manera pasiva. Incluso durante el descanso, o bien lee algo relacionado con el trabajo, o bien piensa en el trabajo. No es capaz de distinguir entre las horas laborables y las horas de descanso.
  • Un adicto al trabajo suele trabajar horas extra en la oficina o en casa.
  • Le parece aburrido e inútil hablar de las cosas que no tienen nada que ver con el trabajo. Tampoco le gusta la gente que no quiera tener una charla sobre el trabajo.
  • Lo único que le da energía y fuerzas son sus actividades profesionales. Las demás actividades de la vida no le provocan la misma sensación.
  • Un adicto al trabajo no sabe cantar victoria y nunca está contento al cumplir un objetivo, porque enseguida se pone a pensar sobre el siguiente.
  • Un adicto al trabajo está convencido de que podrá “descansar después, cuando concluya este proyecto”. Pero el “después” nunca llega, porque a este proyecto sigue el otro.

El investigador canadiense Ronald Burke destaca tres tipos de trabajólicos:

  • Entusiastas al trabajo

Son personas que buscan alcanzar logros significativos. Les gusta crecer profesionalmente, el trabajo es su única fuente de placer y energía.

  • Adictos-entusiastas

Mientras que para el primer tipo son muy importantes las calificaciones que vienen desde el exterior, lo que importa a los adictos-entusiastas es la evaluación de su jefe o sus compañeros de trabajo. En función de esta evaluación, pueden sentirse absolutamente felices o, al contrario, totalmente deprimidos.

  • Adictos al trabajo

Son personas con baja autoestima para las cuales no es el éxito lo que importa, sino la oportunidad de evitar el fracaso. El trabajo como tal no les da mucho placer, pero ofrece la oportunidad de sentirse implicados
y útiles.

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De hecho, es mucho más fácil de lo que parece. Para estar en paz con uno mismo y no huir de la realidad refugiándose en el trabajo, solo hay que hacer un curso sin esperar milagros.

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