EL HÁBITO DE LA INNOVACIÓN

Cuando pensamos en personajes históricos, líderes actuales que crearon grandes corporaciones, así como personas que se distinguen por ser creativas, innovadoras, que siempre van un paso adelante y que piensan “out-of-the-box”, en ocasiones es fácil decir que por naturaleza son únicos o que quizá tienen algo que todos los demás no poseen. Sin embargo, mi experiencia me ha llevado a reconocer que las personas no nacen siendo innovadoras, al contrario, ellos experimentan, visualizan, aprenden y generan esta habilidad que les permite transformar todo aquello que se propongan.

De esta manera, todo aquel que se proponga innovar, lo podría lograr a través del hábito de hacerlo. Además, debido a la constante y acelerada evolución en la que vivimos, hoy en día la innovación se vuelve una obligación para todos aquellos negocios que quieran prosperar y trascender. Es decir, el futuro de cualquier organización está en función de su capacidad de adaptarse y transformarse, para poder atender las necesidades del mercado y más aún en la industria de la tecnología.

Esto me ha llevado a afirmar que, aunque no hay una fórmula única y exitosa que nos traslade hacia la innovación, en ocasiones es mejor tener las preguntas correctas, que resulten en respuestas acertadas y, por ende, un mejor camino a seguir. Por ello, me gustaría compartir los siguientes puntos que retomo de McKinsey and Company:

• Descubre: ¿tienes conocimientos diferenciados sobre el negocio, el mercado y la tecnología que se traducen en propuestas de valor únicas y ganadoras?
• Evoluciona: ¿estás creando nuevos modelos de negocio que proporcionen beneficios escalables?
• Acelera: ¿superas a la competencia desarrollando y lanzando innovaciones de forma rápida y eficaz?
• Amplia: ¿estás creciendo, creando y aprovechando al máximo tus redes externas?
• Moviliza: ¿tu personal está motivado, recompensado y organizado para innovar repetidamente?

Aunque pareciera una lista de preguntas extensa, es importante tomarla en consideración para tu próxima planeación estratégica, ejecutarla un paso a la vez y, sobre todo, no tener miedo a tomar decisiones diferentes y mucho menos, al fracaso. Además, en ocasiones es necesario regresar al origen de los retos que se nos presentan para tener un panorama diferente.

En línea con lo planteado, agrego que también es indispensable observar el entorno, así como escuchar atentamente a las personas con la finalidad de saber cuáles son las necesidades, deseos e incluso, problemáticas actuales más apremiantes de las que uno como estratega puede intervenir y apoyar.

En este sentido, en Xiaomi somos una compañía en donde creemos firmemente que el acceso a la tecnología e innovación debe ser para todos y, por ende, nuestra solución se centra en ofrecer experiencias únicas en cada momento de la vida de los consumidores, a través de productos de la más alta calidad, fabricados con tecnología de punta, democratizando así, el acceso a la innovación, con el fin de ganar lo más valioso que cualquier compañía aspira, la confianza de los consumidores.

De igual forma, la tecnología aplicada por Xiaomi es tan extensa como los consumidores así lo requieran en su vida diaria, desde artículos para tener un hogar inteligente y conectado, hasta gadgets para hacer ejercicio y/o escuchar música, así como nuestro negocio enfocado a los smartphones. Por ejemplo, el catálogo de Xiaomi a nivel global hoy incluye la innovadora serie Mi 11, la cual además de contar con la más alta tecnología, es tan versátil que se adapta al estilo de vida de los Mi Fans, ya que cuenta con una pantalla secundaria en la parte trasera del equipo, que agrupa tres potentes cámaras, así como el flash del mismo. En general, se trata de una serie innovadora que combina acabados que transmiten sobriedad, lujo y sensación de robustez debido a su diseño, un ejemplo claro de que la innovación juega del lado de Xiaomi.

Por último, al comenzar a entender cómo funciona el hábito de la innovación, inclusive en tiempos de crisis, nos dará la pauta para visualizar sus ventajas a mediano y largo plazo, traduciéndose en crecimiento económico, ganancias en el mercado, así como en reforzar lazos más fuertes con la sociedad y específicamente, con los consumidores que disfrutan de los servicios o productos que, como empresa, ponemos a su disposición.